¿Por qué Facebook ahora se llama Meta? La empresa de Zuckerberg ha cambiado de nombre. Un pequeño cambio que, sin embargo, ha tenido repercusión a gran escala.
¿De qué se trata este cambio? ¿Cuáles son las razones para cambiar de nombre? ¿Facebook tiene relación con el Metaverso? En este post resolveremos las dudas. ¡Empezamos!
Por qué Facebook ahora se llama Meta
Facebook ya no es solo una red social. La empresa norteamericana es dueña de Facebook, Messenger, WhatsApp, Instagram y de las gafas de realidad virtual Oculus. Todo un ecosistema en Internet, con muchísimo poder.
No obstante, no es oro todo lo que reluce. Y es que, a pesar de que controlen algunas de las redes sociales más utilizadas en Internet (al menos, en esta época), Facebook se ha visto sumida en una caída de popularidad y reputación en los últimos años.
Si bien, de cara a los anunciantes y agencias, Facebook es una gran aliada en cuanto a campañas de publicidad, esta también es un arma de doble filo. Y es que, las elecciones de EEUU en 2016 lo cambiaron todo.
Los usuarios de la plataforma empezaron a ser mucho más cautelosos y conscientes del tratamiento de sus datos. tanto, que este asunto llegó al Senado de los EEUU para resolver la cuestión sobre cómo se almacenan y tratan los datos de los usuarios.
A pesar de la caída de la popularidad de Facebook, y al creciente uso de WhatsApp e Instagram, toca evolucionar y dejar atrás tiempos pasados. Además de que las necesidades de uso y consumo de contenido en Internet han cambiado por completo.
Por un lado, Facebook, como hemos dicho al principio, ya no es solo una red social. Y por otro, acontecimientos como la pandemia, nos han abocado a una necesidad de ecosistemas virtuales bien estructurados.
De ahí, y si juntamos el famoso término “Metaverso”, utilizado hasta hace poco en ciencia ficción, tenemos las claves de por qué Facebook ahora se llama Meta. Y es que, si nos paramos a pensar, ya tienen un Metaverso construído (o por lo menos, su embrión).
El Metaverso en Internet ya estaba antes de Meta
Vayamos pues, a estructurar los servicios de Meta. Por un lado, existe Facebook. Dirigido actualmente a un público más adulto es “la plaza del pueblo de Internet”.
Un lugar, en el que contactar con tus amigos, realizar publicaciones, jugar a videojuegos, ver vídeos en streaming y realizar compras. Un sitio “todo-en-uno”.
Por otra parte, Instagram se lleva la palma con el consumo (y creación) de vídeos rápidos. Whatsapp, para enviar mensajes y realizar videollamadas y llamadas de voz a través de Wi-Fi (y de cara al usuario, no suele conllevar coste adicional).
Y por último, pero no menos importante, Oculus. La realidad virtual ya no es cosa «de cuatro frikis». De hecho, la realidad virtual es el elemento clave que Meta necesita para tener una interfaz materializada para su metaverso.
Las posibilidades de uso de la realidad virtual son infinitas. Y a día de hoy solo hemos aplicado unas pocas en nuestro día a día. No obstante, la tendencia indica que este uso va a incrementarse exponencialmente en los próximos años.
De ahí, que aunque Facebook ya empezase a tener su propio metaverso, aun no lo había llamado por su nombre. Y ese nuevo nombre tiene mucho poder. Pero, como siempre, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.